A pesar de las represalias, el héroe de Gilboa Yacoub Qadri cuenta detalles de su hazaña

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Los seis héroes que fugaron de la prisión de máxima seguridad de Gilboa.: Munadil Yaqoub Nfeiat, Zakaria Zubeidi, Mohamed Qassem Al Ardah, Ayham Nayef Kmamji, Yaqoub Qadri, Mahmoud Al Ardah.

Los seis prisioneros palestinos que lograron una espectacular fuga de la cárcel israelí de máxima seguridad de Gilboa, fueron llevados hoy a la audiencia judicial en la que se les juzga por su huida y fueron abusados y maltratados por sus custodios, sin que los miembros del tribunal lo prohibieran.

Los abogados defensores de los palestinos, denunciaron que “los presos son sometidos a continuos abusos en celdas solitarias, y se les priva sus derechos más básicos. Y son juzgados tanto por los tribunales judiciales, como los disciplinarios dentro de las cárceles de la ocupación israelí”.

Días de libertad

Yaqoub Qadri, uno de los protagonistas de la exitosa fuga de Gilboa del pasado 6 de setiembre, reveló hace unos días a su abogado defensor, como fueron sus horas de libertad, junto a Mahmoud Al-Ardah antes de ser recapturados por las fuerzas de ocupación sionista de Israel.

Qadri le contó a su abogado que mientras era buscado incesantemente por la inteligencia israelí en los territorios arrebatados a Palestina en 1948, en las ocupadas Cisjordania y Jerusalén, él y Al-Ardah redescubrían su país y saboreaban sus bondades. Qadri tiene 19 años dentro de las prisiones israelíes y Al-Ardah lleva 26 años de prisionero.

Yaqoub Qadri, fuertemente resguardado en tribunal de justicia israelí. Foto de archivo.

En sus días de libertad, los dos prisioneros caminaron por campos y ciudades, con mucha cautela, saboreando los frutos que arrancaban de los árboles en el camino, descansando a la intemperie. Andaban de noche buscando lugares más seguros, y a pesar del peligro que enfrentaban, estaban alegres esos días de saborear su libertad.

Qadri dice: “Tan pronto como salí del túnel, después que lo hicieron Nafiat y Muhammad al-Ardah, me sorprendí cuando me vi parado afuera de la prisión, sin restricciones y sin voces fuertes gritando nuestros números, sin ver las torres, los guardias, las cámaras de vigilancia, los perros rastreadores, los registros de día y de noche”. Despues de él, salieron del túnel Zakaria al-Zubaidi, Ayham Kammaji y el sexto Mahmoud al-Ardah.

“Me encontraba en un estado entre la vigilia y el sueño, y me decía a mí mismo: “¿Soy libre? ¿O estoy soñando?, me preguntaba; y me respondía: No, Yaqoub, no… Ya Yaqoub, eres libre, de verdad.”

Según el relato del abogado, contado por el mismo Qadri, cuando salieron del túnel, pasaron por la calle Bisan y kilómetros más allá ingresaron a un terreno sembrado de algodón. “Corrimos riendo, discutiendo y diciendo: lo hicimos por fin”, exclamó Qadri. Luego llegaron al huerto de Bomali, a unos 15 kilómetros de la prisión, se cambiaron de ropas y comieron su primera comida afuera de la prisión.

Al amanecer, los seis héroes llegaron a la aldea de Naoura, al sureste de Nazaret. Qadri dice: “Descansamos un poco en la mezquita de la aldea y rezamos al amanecer, bebimos agua y lavamos nuestra ropa, y desde allí nos dispersamos en tres grupos, cada grupo formado por dos. Con Mahmoud Al Ardah, aunque estábamos cansados, subimos una montaña y entramos en un bosque con una gran granja de vacas. Para reírnos un poco, Mahmoud ofreció paz a las vacas: La paz sea con ustedes vacas, somos amigos, Jacob y yo, y no somos enemigos, no traten de lastimarnos y nunca los lastimaremos”, les dijo, y  me reí y yo agregué: Crean lo que dice, somos amigos y no enemigos, así que las vacas empezaron a dejarnos paso”.

Por los campos y ciudades de la ocupada Cisjordania

Después de caminar una distancia de 300 a 400 metros, Qadri y Al Ardah se sorprendieron cuando llegaron cerca de un campamento del ejército israelí. “Le dije a Mahmoud, la ocupación no creerá que nos atrevamos a acercarnos a ellos. Así que nos metimos debajo de un árbol grande cerca del campamento y cerca de una pared de tierra de unos 3 metros de altura. Pusimos una gran cantidad de paja y algunas ramas en forma de cueva debajo del árbol y pusimos nuestras bolsas debajo de nuestras cabezas y empezamos a hablar de lo que pasó con nosotros. Tenía un pequeño transistor de radio en mi bolso y nos alegramos mucho al escuchar a todas las estaciones transmitir este gran evento en todos los idiomas y la ocupación buscándonos por todas partes”, le contó Qadri a su abogado.

Qadri prosigue: “Caminamos una noche entera hasta llegar a las afueras del pueblo de Sulim, allí comimos y sin entrar

Cuando fueron recapturados por la policía israelí, los héroes Yaqoub Qadri y Mahmoud Al-Ardah.

allí, continuamos nuestra caminata hasta que pasamos la ciudad de Afula, donde nos atrevimos a ingresar en el jardín trasero de una de las casas, bebimos agua y comimos algunos limones y granadas. Luego nos dirigimos a una montaña cercana para quedarnos en ella, y cuando salió la luz por la mañana, vi un árbol, así que le pregunté a Mahmoud por el nombre, y mientras se reía, me dijo: Este es el espino palestino.”

Y, siguieron caminando por el país, sintiendo su suelo, árboles y agua. “Por la noche comenzamos a caminar, y cuando estábamos frente a un pueblo, no sabíamos si era árabe o judío. Mi conjetura fue que era judío, porque había un edificio enorme en su entrada. Nos sorprendió a las cuatro y media que varias mezquitas estaban llamando a la oración, así que Mahmoud se rió y me dijo: ¡No te dije que era una aldea árabe! … y allí estaba Iksal, a 5 kilómetros al sureste de Nazaret”.

Una paloma palestina y la calidez de un niño

Entre las situaciones simples pero significativas, en aquellos días de libertad, Qadri contó detalles muy significativos para él y su compañero. Una fue cuando encontraron un nido de palomas salvajes y dentro de él, un huevo. Al Ardah le dijo “esta es nuestra paloma palestina original”. Entonces, tomaron el huevo, lo besaron y lo volvieron a dejar en su lugar.

La segunda ocasión fue a las afueras de un pueblo, encontraron fruta para comer y a pesar de que parecía abundante Al Ardah quería más. Luego le pidieron a un ciudadano que les de agua y la recibieron, a pesar que no se conocían de nada.

Qadri recordaba a los miles de palestinos que sufren desde hace décadas muchas privaciones por la ocupación militar israelí. Entonces vio a un niño de 5 ó 6 años caminando con su madre y otros niños mayores. Le pidió al pequeño que se acerque, lo cargó y besó varias veces “como si estuviera  cargando un hermoso colibrí” y le confesó al niño que estaba siendo buscado por todo el mundo, pero el niño solo sonrió sin entender y regresó con su madre. Al Ardah y él salieron del pueblo.

En las afueras de Aksal, el corazón de Qadri latió con fuerza cuando escuchó canciones populares y tradicionales por primera vez y vio de lejos una boda palestina: “Durante nuestra partida, hubo una boda en el pueblo que fue celebrada por el palestino Zajal Musa Al-Hafiz. Desde el monte que pasábamos, escuché durante una hora el zajal, que me hizo feliz y complació. Luego continuamos nuestro camino hacia la ciudad de Nazaret.

“En el camino a Nazaret, pasamos por una de las granjas y vimos algunas higueras y uvas que comimos. Empacamos nuestras maletas y continuamos caminando mientras cruzamos la calle principal y avanzamos hacia la ciudad, y antes de llegar a sus afueras, entramos en uno de los naranjos y mandalas, así que comimos de ellos; y comenzamos a escalar las montañas de Nazaret”, recordó.

Así concluyó el relato de Yacoub Qadri, acerca de los cinco días en que gozó de su libertad arrebatada por las fuerzas del gobierno de ocupación sionista. La épica historia de los cinco héroes de Gilboa ha destruido la imagen de las cárceles israelíes, a pesar del terror que imponen.

Ahora los héroes enfrentan el aislamiento en prisión. Mahmoud Al-Ardah y Munadal Nafaat se encuentran actualmente aislados en la prisión de (Ayalon Ramleh), Zakaria Al-Zubaidi en la prisión de Eshel, Muhammad Al Ardah en la prisión de Ashkelon, Ayham Kammaji en la prisión de Ohali Kedar en Beersheba y Yaqoub Qadri en la prisión de aislamiento de Rimonim.

(Palestina Hoy, con información y fotos de la Agencia de Noticias WAFA)

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