El drama de las madres palestinas en cárceles israelíes

publicado en: Noticias, Prisioneiros | 0
Hay 39 mujeres palestinas en las prisiones israelíes.

A las madres palestinas en el encierro les arrebatan sus hijos, su dignidad de mujer, pero no su espíritu. De las mujeres palestinas apresadas en cárceles israelíes, hay un grupo que sufre y ha sufrido además del encierro hostil en pequeños recintos llenos de insectos, insalubres y sin recibir la luz del sol, el dolor de estar separadas de sus hijos o que sus hijos hayan nacido entre rejas. Es el drama de las madres palestinas a quienes la ocupación israelí les niega sus más elementales derechos.

Una de estas madres es Israa Jaabis, quien este 11 de octubre de 2021 cumplió seis años tras las rejas en una prisión israelí, inculpada por un presunto crimen que no cometió y que requiere atención médica urgente por las graves quemaduras que sufrió al momento de su arresto.

¿Quién es Israa Jabbis?

Israa Jaabis, quien el 22 de julio cumplió 37 años, fue arrestada el 11 de octubre de 2015 por las autoridades de ocupación israelíes, acusada falsamente de intentar detonar una bomba en el puesto de control de al-Zayyim en Jerusalén.

Sin embargo, Jaabis y su familia han dicho que ella estaba en proceso de mudarse de casa para conservar su residencia en Jerusalén cuando un cilindro de gas de cocina defectuoso estalló en llamas a 500 metros del puesto de control, por lo que un tribunal israelí la condenó a 11 años de prisión por intento de asesinato.

Jaabis, quien tiene un hijo de 14 años, resultó gravemente herida en la explosión y el posterior incendio que provocó el estallido del cilindro de gas. Un 65% de su cuerpo presentaba quemaduras, que le provocaron la amputación de ocho de sus dedos de la mano y serias heridas en la cara, el cuello y los brazos, en donde tiene limitado el movimiento.

Por esta razón, Jaabis requiere constante atención médica a su condición física, lo cual le es negado por las autoridades israelíes en forma oportuna. Ella necesita por lo menos otras 8 cirugías e injerto de piel alrededor de sus ojo derecho, además de atención sicológica, por las crisis nerviosas que sufre por la tensión del momento de la explosión y la injusta carcelería que sufre.

“No puedo ponerme un vendaje para quemaduras porque me resulta difícil ponérmelo yo misma”, dice Jaabis en una carta que envió a su hermana y abogado y que se distribuye en las redes sociales como parte de una campaña. Pidiendo su liberación.

“Tengo los ojos secos y siento un dolor intenso cada vez que me expongo al aire o siempre que me lavo los ojos con agua. Mis ojos necesitan un tratamiento urgente, pero nadie me escucha”, clama Jaabis.

#SaveIsraa liberen a Israa

Antes del accidente, Jaabis trabajaba en un hogar de ancianos, ofrecía su tiempo como voluntaria en organizaciones benéficas y escuelas, y se vestía de payaso para entretener a los niños en un hospital de la ocupada Jerusalén.

Los palestinos y los activistas pro-palestinos han lanzado varias campañas en las redes sociales pidiendo que se libere a Jaabis. Sin embargo, las autoridades de ocupación no respondieron, ni tomaron ninguna medida con respecto a su caso.

El hashtag #SaveIsraa ha estado circulando en las redes sociales, con el objetivo de crear conciencia y presionar a las autoridades israelíes para que la liberen y obtenga el tratamiento médico requerido y necesario.

Bebés palestinos nacidos en prisión

Esta historia ominosa de las madres palestinas encerradas por las fuerzas del gobierno de ocupación sionista de Israel tiene varios nombres, como las de aquellas que dieron a luz en las cárceles, muchas de ellas sin atención médica alguna.

Zakia Shammout

Nacida en Haifa en 1945, es la primera prisionera palestina que dio a luz a una niña dentro de las cárceles israelíes. Los soldados de ocupación la arrestaron en 1971 cuando estaba embarazada de cinco meses y la condenaron a 12 cadenas perpetuas.

Sin tomar en cuenta su avanzado estado de gestación, sus carceleros la sometieron a violentos métodos de tortura.

El 18 de febrero de 1972, Zakia presentó los dolores de parto mientras estaba en su celda de confinamiento solitario dentro de la prisión israelí “Nevi Terzia” en el área de Ramle. Con la ayuda de otras prisioneras, Zakia dio a luz a su hija Nadia, quien continuó con su madre hasta que cumplió un año, cuando la administración de la prisión las separó.

Zakia Shammout fue liberada en un intercambio de prisioneros y deportada a Argelia en 1983 donde murió el 16 de septiembre de 2014.

Magda Jacir Al-Salaymeh

Nació en el área de Bab al-Silsila en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El ejército de ocupación la arrestó el 24 de febrero de 1978 en el puente, mientras regresaba de Jordania, y estaba embarazada de seis meses. Dio a luz a su hija mientras estaba detenida y fue liberada en un intercambio de prisioneros en 1985.

La ex prisionera Anhar al-Deek, fue liberada de las cárceles israelíes antes de dar a luz a su bebé, gracias a la campaña #FreeAnhar
Omaima Musa Muhammad Al-Jabour Al-Agha

Nacida el 26 de julio de 1956, fue arrestada el 9 de junio de 1993 por el ejército de ocupación en el cruce de Erez Beit Hanoun, tenía 5 meses de embarazo. El 4 de octubre de ese mismo año dio a luz a su hija (Haneen). Durante el alumbramiento Omaima estuvo atada de pies y manos en la prisión de Telmond.

Su bebé estuvo en prisión con Omaima durante dos años, cuando la tuvo que entregar a la Cruz Roja para que la lleve donde sus familiares. Omaima permaneció detenida hasta el 11 de febrero de 1997. El tribunal militar israelí había condenado a Agha a 6 años, 11 meses y 29 días de prisión.

Mervat Mahmoud Yousef Taha

Originaria de la Ciudad Vieja de Jerusalén, fue detenida el 29 de mayo de 2002 cuando tenía 21 años. Ella dio a luz a su primogénito, a quien nombró Wael, el 8 de febrero de 2003 en el hospital “Asaf Harofeh”, mientras se encontraba encadenada a su cama. Fue liberada con su hijo después de cumplir su condena de casi tres años.

Manal Ibrahim Abdel Rahman Ghanem

Nacida el 2 de noviembre de 1975, madre de cuatro hijos, fue arrestada el 17 de abril de 2003 en su casa, en el campo de refugiados de Tulkarm y condenada a 50 meses de prisión. Durante su encierro dio a luz a gemelos el 10 de octubre de 2003, pero solo sobrevivió su hijo Noor. Madre e hijo fueron separados el 11 de mayo de 2006, a partir de allí solo se veían los días de la visita familiar, a través de un vidrio aislante y una gruesa rejilla.

Fue puesta en libertad el 8 de abril de 2007, tras finalizar su condena, la mayor parte de la cual pasó en la prisión de Hasharon.

Aisha Al-Kurd

Dio a luz a su hijo Yasser en el Hospital Militar Israelí de Sarafand mientras era prisionera y estaba atada a su cama, el viernes 17 de junio de 1988. Fue liberada dos días después bajo el estatus de arresto domiciliario por otros 5 años. El 1 de agosto de 2014, su hijo Yasser murió cuando aviones de combate israelíes bombardearon su casa en la Franja de Gaza.

Samar Ibrahim Sobeih

Nacida el 8 de noviembre de 1983 en el campo de refugiados de Jabalia en la Franja de Gaza, fue arrestada el 29 de septiembre de 2005 en su casa en Tulkarm. Samar tenía tres meses de embarazo. El 30 de abril de 2006 momento del parto fue llevada al Hospital Meir en Kfar Saba para hacerle una cesárea. Antes y después de la operación quirúrgica estuvo encadenada a su cama. Fue liberada con su hijo Baraa el 18 de diciembre de 2007, luego de cumplir su condena de veintisiete meses.

Fatima Younis Hassan Al-Zeq

Nacida en 1969 en Al-Shuja’iya. Fue arrestada en el cruce de Beit Hanoun “Erez” el 20 de mayo de 2007, cuando estaba embarazada de dos meses. Dio a luz a su hijo Yousef el 17 de enero de 2008 en el Hospital Meir en Kfar Saba. Ella y su hijo fueron puestos en libertad el 2 de octubre de 2009.

Samiha Hamdan

Fue arrestada el 23 de junio de 1981 en su casa de Belén. Ella tenía siete meses de embarazo. El 5 de agosto del mismo año dio a luz en el Hospital Ramleh a su hija, a quien llamó Thaera, quien permaneció en prisión. con su madre durante dos años. Samiha fue puesta en libertad y deportada a Jordania en 1985.

Cárceles sin políticas de género

En la actualidad hay 39 mujeres palestinas, entre ellas 9 son madres, prisioneras en las cárceles israelíes de Hasharon y Damon en donde no hay un enfoque sensible al género, por lo que las reclusas sufren duras condiciones de encarcelamiento que incluyen negligencia médica, denegación de educación, denegación de visitas familiares (incluso para madres con niños pequeños), confinamiento en solitario, hacinamiento. celdas que a menudo están llenas de insectos y suciedad, y carecen de luz natural.

Las autoridades penitenciarias israelíes rara vez atienden las necesidades de higiene y salud personal de las mujeres, incluso en casos de detención de mujeres embarazadas.

Además, la mayoría de las prisioneras palestinas son sometidas a algún tipo de tortura psicológica y malos tratos durante todo el proceso de su arresto y detención, incluidas diversas formas de violencia como golpizas, insultos, amenazas, registros corporales y acoso sexual explícito.

Tras la detención, no se informa a las mujeres detenidas adónde las llevan y rara vez se les explican sus derechos durante el interrogatorio.

Las prisiones de Hasharon y Damon están ubicadas fuera del territorio ocupado de 1967, en contravención directa del artículo 76 del Cuarto Convenio de Ginebra, que establece que una potencia ocupante debe detener a los residentes del territorio ocupado en prisiones. dentro del territorio ocupado.

Mujeres palestinas en cárceles insalubres, sin enfoque de género.

Además de la ilegalidad de las prácticas de Israel según el derecho internacional, la consecuencia práctica de este sistema es que muchos presos tienen dificultades para reunirse con los abogados defensores palestinos y no reciben visitas familiares, ya que a sus abogados y familiares se les niega el permiso de visita por “motivos de seguridad”.

Si bien las autoridades penitenciarias y las fuerzas militares de Israel reclutan mujeres soldados para detener y acompañar a las prisioneras durante los traslados, las mujeres del ejército israelí responsables de estos procedimientos no son menos violentas con las detenidas palestinas que sus homólogos masculinos.

Desde la Declaración de Viena sobre el delito y la justicia en 2000, que se centró en parte en las necesidades especiales de las mujeres como personal de justicia penal, víctimas, delincuentes y presas, muchos estudios de la Organización de las Naciones Unidas han demostrado que las necesidades de las mujeres en las cárceles merecen una atención especial por parte de las autoridades penitenciarias y de quienes tienen la responsabilidad de decidir la política carcelaria. Entre el conjunto de necesidades específicas de las mujeres presas, las cuestiones relativas a la atención de la salud requieren atención urgente, un derecho denegado estratégicamente por el Servicio Penitenciario de Israel (IPS).

Un estudio realizado por Addameer en septiembre de 2008 reveló que aproximadamente el 38% de las prisioneras palestinas padecen enfermedades tratables que no reciben atención médica.

La mala calidad de los alimentos y la falta de nutrientes esenciales hacen que las mujeres detenidas padezcan pérdida de peso, debilidad general, anemia y deficiencia de hierro. También están expuestas a un trato severo (como prácticas rutinarias de castigo físico y psicológico y humillación) por parte de los guardias penitenciarios, hombres y mujeres, que demuestran poca o ninguna consideración por su bienestar o necesidades especiales, incluso cuando están enfermas o embarazadas.

(Palestina Hoy, con información y fotos de QNN News Network y la Agencia de Noticias WAFA)

Compartir