En los últimos 6 meses y aún en plena epidemia mundial del nuevo coronavirus, COVID 19, las fuerzas de ocupación israelí han apresado a 2,330 ciudadanos palestinos, sin mayor razón aparente. Entre los prisioneros se encuentras 304 niños y 170 mujeres. En total, hay 4,700 prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
Las cifras fueron reveladas por organizaciones de presos palestinos e instituciones de derechos humanos, como la Autoridad de Asuntos de Prisioneros y Editores, el Club de Prisioneros Palestinos, la Fundación Al-Dameer para el Cuidado de Prisioneros y los Derechos Humanos y el Centro de Información Wadi Hilwa-Silwan.
Solo en junio de este año Israel arrestó a 469 palestinos de diversas ciudades, y ordenó la detención administrativa de otros 98. En abril de 2020 se registró la cantidad más baja de arrestos (197) mientras que, en enero, fue la más alta (496).
Las instituciones de prisioneros confirmaron que la mayoría de prisioneros de enero a junio de este año, proceden de Jerusalén y sus ciudades. Desde principio de año hasta junio, las fuerzas de ocupación han arrestado a 1,057 palestinos, 57 son mujeres y 202 menores de edad.
Esta práctica represiva se llevó a cabo por Israel, sin tomar en cuenta el riesgo de la pandemia de COVID 19, sin tomar en cuenta que las cárceles de ocupación constituyen un ambiente propicio para la propagación de enfermedades, especialmente con la ausencia de las medidas preventivas necesarias para prevenir la propagación de la epidemia, y desde marzo con la declaración del estado de emergencia, la administración de las cárceles de ocupación anunció una serie de medidas e impuso restricciones en varios niveles con respecto al trabajo de los abogados defensores.
Las organizaciones de prisioneros indicaron que las autoridades de ocupación no detuvieron los arrestos diarios. Desde el comienzo de la epidemia en marzo de 2020, el número de arrestos alcanzó los 1363 arrestos, lo que aumentó el riesgo de que la epidemia se propague entre los ciudadanos palestinos y entre los detenidos. Sin tomar las medidas de salud necesarias para prevenir el virus.
La política de castigo colectivo y apresamiento, que la ocupación ha intensificado desde finales de 2018 es la más destacada política sistemática de venganza empleada por Israel, resaltaron los voceros de estas organizaciones. Y añadieron que es, asimismo una violación de las leyes internacionales y normas humanitarias.
(Con información de la Agencia de Noticias WAFA, Fotos de Wafa y de ICAP)
