Los prisioneros palestinos que protagonizaron la audaz fuga de la cárcel israelí de Gilboa le manifestaron a sus abogados que a pesar de los golpes y torturas de sus carcelarios sionistas, ellos se encuentran con la moral en alto y dispuestos a seguir luchando por su libertad y la de Palestina.
Mi moral es excelente
Mahmoud Al Aridah, líder del grupo de prisioneros políticos palestinos que huyó de la cárcel israelí de Gilboa, considerada como de máxima seguridad, dijo a través de su abogado Raslan Mahajneh, de la Comisión de Detenidos y Ex Detenidos, que luego de salir de la prisión, los 6 prisioneros se reunieron en una mezquita antes de separarse y tomar distintos caminos. Mencionó también que en sus planes no estaba ingresar a las ciudades pobladas por palestinos en los territorios ocupados en 1948 para proteger a los lugareños de cualquier medida punitiva israelí.
“Llevaba los calcetines de mi sobrina todo el tiempo que estuve fuera de la cárcel”, citó Mahajneh a Aridah.
Le contó a su abogado que él y Ya’qub Qaderi, otro de los prisioneros fugados de Gilboa tenían una pequeña radio y escuchaban noticias y también se enteraban de la solidaridad del pueblo palestino con su heroica acción, con lo cual se sentían fortalecidos y les mantenía la moral alta.
Aridah envió un mensaje para su madre y su hermana, que vive en Gaza. “Me gustaría decirle (a mi madre) que mi salud está bien y mi moral es excelente. Y, quiero decirle a mi hermana en Gaza que mi moral esta alta”.
Aridah agregó que cuando escuchó los cánticos de los manifestantes que mostraban su solidaridad mientras lo llevaban a un tribunal israelí en la Nazaret ocupada, se puso muy feliz y los cánticos lo animaron.
Comí una tuna, por primera vez en 22 años
El abogado Mahajneh dijo que los carceleros le permitieron ver a Muhammad Al Aridah, quien presenta huellas de las torturas físicas y sicológicas que ha sufrido luego de su recaptura.
Al Aridah fue recapturado junto a Zakarya Al Zubeidi cuando la policía israelí registró el camión en el que fugaban. Al ser reconocidos fueron brutalmente golpeados y luego han sido interrogados durante muchas horas, sin permitirles dormir.
Uno de los interrogadores sionista amenazó la vida de Muhammad a quien le dijo que no merecía vivir, y le metería una bala en la cabeza, narró Khaled.
Además, Muhammad le dijo al abogado que luego de fugar de la prisión “estaba deambulando por Palestina, buscando mi libertad y encontrarme con mi madre” y que había sido muy feliz de estar libre y de haber comido una tuna por primera vez en 22 años.
Le fracturaron la mandíbula y las costillas
En sus días en libertad, Zakaria Zubeidi, uno de los fugitivos de la prisión de Gilboa, se alimentaba con las frutas de los huertos que encontraba en su camino. Solo así saciaban su sed y su hambre.
No quería tomar contacto con los pobladores para no exponerlos a las represalias de los ocupantes israelíes.
Cuando recapturan a Zubeidi, lo golpearon brutalmente, causándole fracturas en la mandíbula y las costillas. Hasta ahora no recibe adecuada atención médica.
Los mejores días de mi vida
Hanan Al-Khatib, abogado de la Comisión de Asuntos de Detenidos y Ex-Prisioneros, dijo que el prisionero Yaqoub Al-Qaderi, quien fugó de Gilboa y fue recapturado, permanece ahora en una celda de un metro por dos metros con solo una manta para cubrirse.
Lo interrogan todos los días por varias horas y le aplican tortura física y sicológica durante las largas sesiones.
Cuando al fin le permitieron a Al-Qaderi reunirse con su abogado, le pidió “todo lo que quiero es una copia del Sagrado Corán”, y le contó que “los mejores días de mi vida, fueron los cinco días que pasé al aire libre de Palestina sin restricciones. Vi niños en la calle y besé a uno de ellos. Esta es una de las cosas más hermosas que me pasó.” “Mientras este vivo, buscaré mi libertad una y otra vez”, dijo.
Dos de los fugitivos de la prisión siguen sin ser hallados.
(Palestina Hoy con información y fotos de QNN News Network y la Agencia de Noticias WAFA)
