La eficiencia israelí de ignorar las bajas civiles palestinas en Gaza

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Seis civiles indefensos de una ciudad de Gaza fueron asesinados por fuego de artillería de las fuerzas del gobierno de ocupación sionista de Israel. Las víctimas fueron un bebé de nueve meses, una adolescente de 17 años, tres mujeres y un hombre, miembros de dos familias palestinas.

El periódico israelí Haaretz ha resaltado este hecho en su edición, dando a conocer que las víctimas eran civiles no combatientes, residían en lugares no señalados como territorio del grupo armado Hamas y nunca recibieron avisos de evacuación previo al inicio del bombardeo.

El hecho ocurrió el pasado 13 de mayo, como un episodio más de la última agresión israelí a la franja de Gaza que duró 11 días, pero los detalles que ahora salen a la luz muestran que se hizo tabla rasa de las leyes internacionales de protección a la población civil en zonas de conflicto, y que se sacrificó a inocentes pobladores palestinos.

Haaretz ha publicado que el hecho ha sido tan desproporcionado, que las mismas fuerzas de ocupación han iniciado investigaciones al respecto y se han aplicado sanciones temporales a los responsables de ese mortal operativo. Un portavoz del ejército israelí informó “aprendió lecciones profesionales y las inculcó en la unidad”.

Maniobras mortales

Según Haaretz, el mortal incidente que le costó la vida a 6 civiles palestinos ocurrió la noche del 13 de mayo, poco antes que se lanzara la Operación Lightning Strike para destruir los túneles de Hamas en el norte de la Franja de Gaza.

Como táctica de engaño, las autoridades militares ordenaron a la 162a División del ejército realizar una maniobra terrestre de incursión tras la frontera de la Franja de Gaza, con la intención que los combatientes de Hamas buscaran refugio en los túneles que iban a ser bombardeados.

Como parte de esa táctica de distracción, las baterías del 32º Batallón comenzaron a disparar artillería pesada en áreas abiertas en el norte de la Franja de Gaza. Se dispararon unos 500 obuses. Pero algunos apuntaban “por error” al complejo de al-Karya, un sitio agrícola cerca de Beit Lahia habitado por civiles, publicó Haaretz.

A pesar de los bombardeos planeados, las fuerzas militares no pidieron a los civiles residentes de la zona que abandonaran sus hogares. Tampoco se enviaron mensajes advirtiéndoles de un ataque inminente.

Testimonio del horror bajo fuego

Luego, alrededor de las 6:30 pm, comenzó el bombardeo contra las casas. Un obús penetró directamente en la vivienda de la familia Abu Daya.

“Estaba sentado en casa de nuestros vecinos cuando de repente escuché caer dos proyectiles”, dijo Nasser Abu Fares Abu Daya, de 50 años, el padre de la familia.

“No sabía dónde habían caído, pero vi humo saliendo de mi casa. Corrí allí rápidamente con mis amigos, pero incluso antes de que llegáramos, cayó un tercer proyectil cerca de nosotros “.

El interior de su casa estaba lleno de humo y polvo, y Abu Fares no podía ver quién estaba adentro y quién estaba herido.

Abu Fares le dijo a un investigador del grupo de derechos humanos B’Tselem, que recogió testimonios sobre el incidente, que mientras intentaba localizar a los miembros de su familia, los proyectiles caían a su alrededor.

Solo después de que el humo y el polvo se despejaron un poco pudo volver a entrar a su casa.

“Encontré a mis hijas. Los cuerpos de algunas de ellas estaban en pedazos”, dijo. “Mis hijos estaban heridos y todo el lugar estaba lleno de sangre”.

Hasta esa mañana, Abu Fares había sido padre de 12 hijos; por la noche, era padre de nueve. Sus hijas Fawziya de 17, Nisrin de 26 y Sabrine de 28 habían sido asesinadas junto con su nieto de nueve meses, Mohammed Salama.

Los niños heridos fueron trasladados al hospital de Beit Lahia. Durante todo el trayecto, el automóvil de Abu Fares tuvo que esquivar el fuego de artillería que seguía siendo disparado sin parar. Cuando llegó al nosocomio tenía otro trabajo además de atender a sus heridos; también tuvo que identificar los cuerpos despedazados de sus hijas y su nieto.

“El patólogo dispuso las partes de su cuerpo para que yo pudiera identificarlas. Fue insoportable. No podía soportarlo”, dijo Abu Fares.

El bombardeo no solo mató a miembros de su familia. “Escuché a mis vecinos, la familia Ayash, decir que también cayó un proyectil sobre su casa”, dijo Abu Fares en su testimonio. Y de hecho, en la casa de al lado, Niama Saleh Salama Ayash, de 47 años, fue asesinada, junto con Hashem Mohammed Ayad Ali a-Zagheibi, de 20.

El caos

“Mi esposa y yo vivíamos en la planta baja y mi madre vivía a mi lado en una casa de hojalata”, le dijo a B’Tselem Ismail Ayash, de 50 años, hermano de Niama.

Esa noche había habido una reunión familiar por la celebración del Eid el-Fitr, a la que también asistieron los vecinos.

Intentaban mantener sus rutinas a pesar que Gaza sufría un inclemente bombardeo aéreo. “Ninguno de los residentes de al-Karya evacuó sus hogares, porque estamos cerca de la frontera y no hay posiciones de Hamas en el área”, dijo Ayash.

Y luego comenzaron las explosiones. “Escuché gritos y el sonido de ventanas rompiéndose”, testimonió Ayash.

Niama subió las escaleras hasta el primer piso, mientras su madre, su hermana Sara, la vecina Jamila y su nuera entraron a su casa.

“Salí a la calle y vi que estaba llena de ruinas y bloques de concreto”, recordó. “Escuché gritos y llantos y vi personas heridas en el suelo. La calle estaba totalmente destruida, estaba llena de sangre y había polvo y humo. Fue una vista insoportable”.

No sabía qué había pasado en su casa. “No vi a mi hermana Niama. Supuse que se había escapado. Vi a mi hermana Sara, a Jamila y su nuera escapar. Vi que la casa de Abu Fares, que está justo al lado de la nuestra, estaba totalmente destruida. Los vi tratando de sacar cuerpos de las ruinas”.

Fue solo en el Hospital de Indonesia en el norte de la Franja de Gaza, donde lo llevaron para recibir tratamiento médico junto a su familia, que Ayash se dio cuenta de lo que había sucedido.

“Estaba buscando a mi hermana Niama. Pasé por todas las salas y después de una hora y media la encontré en el frigorífico. Murió al ser alcanzada por metralla cuando estaba en la escalera. Escuché que Hashem a-Zagheibi había muerto al ser alcanzado por la metralla de un proyectil que cayó cerca de nuestra puerta principal. Más tarde supe que Nasser Abu Fares perdió a tres de sus hijas y a su nieto”.

Todos los sobrevivientes fueron enviados del hospital a la escuela de Beit Lahia para que se refugiaran. “Llegamos al refugio sin nada, solo la ropa que llevábamos puesta”, dijo Ayash. “Nos dejaron allí en condiciones muy difíciles. Nos sentamos y dormimos en el suelo. Después de tres o cuatro días, algunas personas donaron algunos colchones y mantas. No teníamos nada para comer, ni beber. Fue un caos total”.

Israel investiga incidente

El día después de ese ataque mortal, el portavoz de la IOF en ese momento, el brigadier general Hidai Zilberman (quien desde entonces ha sido ascendido) dio una sesión informativa a los periodistas, enumerando los logros militares de la noche anterior.

Los túneles que habían sido destruidos, el número de aviones de la fuerza aérea que habían luchado (alrededor de 160), la cantidad de bombas, los proyectiles y misiles que se habían disparado contra varios objetivos.

“Se dispararon unas 450 municiones contra 150 objetivos en 35 minutos”, dijo Zilberman con satisfacción. Pero no dijo nada sobre lo ocurrido en la zona agrícola entre Beit Lahia y la frontera.

Zilberman solo atinó a decir: “El sistema de investigación del Estado Mayor está examinando los detalles del incidente. El incidente fue investigado a nivel de comando y profesional por las Fuerzas Terrestres y el Comando Sur. A raíz de la investigación se aprendieron lecciones profesionales que ya se han inculcado en la 215ava Brigada de Disparos”.

(Palestina Hoy con información de QNN News Network)

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